La interacción entre la marea oceánica y terrestre como "disparador" de terremotos en la falla Nazca / Suramérica

La variación de fricción entre placas en las zonas de subducción, provocada por la interacción entre las mareas terrestres y oceánicas, es probablemente la causa que determina el desencadenamiento de los mayores terremotos en las mayores zonas sismogénicas del planeta, el Santo Grial buscado por los sismólogos.

Como sabrán, los mayores terremotos se producen en las zonas de subducción del “cinturón de fuego”, donde las placas oceánicas (más densas) se deslizan bajo las placas continentales.
En el caso de Chile la placa de Nazca se desliza bajo la placa Suramericana a una velocidad de convergencia de casi 10 centímetros/año.
La falla Suramericana / Nazca es especialmente interesantes para este estudio, por su orientación perpendicular al desplazamiento de la onda mareal.

A veces pasa que la naturaleza de los minerales en las zonas de fricción interplaca (morfología, composición química) hace que partes de ellas se bloqueen y la tensión se vaya acumulando en la corteza.
Los terremotos ocurren cuando estas zonas se desbloquean súbitamente, liberando toda o parte de la energía acumulada.

El mayor éxito de la sismología sería poder precisar con exactitud y con antelación suficiente cuándo ocurrirá ese instante.

El probable mecanismo, sin embargo, no puede ser más elemental.
La siguiente secuencia de imágenes lo resume sencillamente de forma gráfica (puede ver las imágenes animadas si "pincha" en ellas).










Se sabe que el efecto de las mareas sucede tanto en los océanos como en los continentes, aunque en estos en menor medida. Las mediciones GPS en puntos continentales han revelado que la amplitud puede llegar a ser de medio metro, con una frecuencia semidiurna. En cambio, la máxima amplitud que se puede observar en la mar es cercana a los 20 metros.

Ocurre que en las placas continentales los efectos de marea no implican cambios en su masa, mientras que en las placas oceánicas (por ejemplo Nazca) sí implican cambios de masa como consecuencia de las pleamares y bajamares. Esta diferencia de masa de las placas oceánicas respecto a las placas continentales contiguas, es suficientemente grande como para hacer que el efecto de marea terrestre afecte con diferente fuerza a unas placas y a otras, condicionando su interrelación dinámica.

Dicho de una forma caricaturesca pero no irreal: “Mientras la placa continental es elevada por efecto del paso del astro mareal, la placa oceánica es sumergida en la astenosfera por el aumento de peso de agua sobre ella”.

Ante estas diferencias de afección de la marea terrestre en placas contiguas la respuesta litosférica es también diferente. En función del tipo de falla, en función de su orientación respecto a la onda de marea, en función de la naturaleza de los materiales interplaca.

Existe correlación entre el momento en que "se disparan" los terremotos y la posición que ocupan los vértices de marea en ese instante, solo hay que observar en el siguiente gráfico la forma sinusoidal del histograma de las coordenadas (en este caso el horario del vértice, o Longitud) de la posición del vértice de marea en el momento de ocurrir cada uno de los terremotos (todo lo contrario al azar).

He tomado los datos de los 631 terremotos de magnitud igual y mayor que 6, en los últimos 100 años (catálog USGS).
El área de referencia es la comprendida entre las siguientes coordenadas:
lmin -54,476
lmax -11,213
Lmin 279,254
Lmax 296,717



Sí, el efecto de marea parece ser el verdadero “disparador sísmico”.
Realmente es algo más. Las mareas terrestres son una componente primordial de la dinámica en la corteza y una de las causas determinantes de la cinemática general de las placas.

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