Fuerza Crítica de Marea, sismicidad tectónica, volcánica y antropogénica

 La "Fuerza Crítica de Marea" también nos sirve para conocer el origen de los terremotos que ocurren en un determinado lugar. Es decir, puede ser útil para conocer si la sismicidad en un área sísmica está siendo generada por la dinámica de convección entre placas tectónicas, o por algún proceso físico/químico interno volcánico,... o incluso por alguna actividad humana.

Sabemos ya que hay unos niveles de fuerza de marea en el que se disparan más terremotos que en otros. Porque cada área sismogénica, además de tener unas horas más activas que otras, consecuencia de la posición que ocupan los vértices de marea en el momento de cada terremoto, también tiene una fuerza característica de marea en la que se disparan más terremotos que en otras. 

El valor de la fuerza crítica de marea es similar para toda la Tierra. Los datos sísmicos históricos revelan que esta fuerza de marea lunisolar tiene un valor promedio aproximado de 694657856699 N (algo más de seiscientos noventa mil millones de newton). En los días en torno a este valor es cuando se genera la mayor actividad sísmica global.

En los gráficos siguientes se muestra la evolución histórica de los terremotos comparada con la fuerza del vector de marea lunisolar para dos áreas sismogénicas de la Tierra.

En el primer gráfico se representa el valor de la fuerza de marea en el momento de ocurrir los terremotos en la Placa Egea. Se aprecia cómo va aumentando el numero de terremotos a medida que aumenta la fuerza de marea hasta el valor crítico (mediana 6,90166E+11 newton). A partir de este valor, y aunque sigue aumentando la fuerza de marea, observamos que la sismicidad va disminuyendo. Pero no disminuye tan regularmente como cuando estaba aumentando en la fase inferior del valor crítico. Esto es importante para lo que sugeriré después.


En el segundo gráfico está representada la evolución de la sismicidad entre las placas Nazca y Suramericana comparada con la evolución de la fuerza de marea (terremotos de magnitud mayor o igual a 6, catálogo USGS) desde hace más de un siglo.

También se aprecia claramente cómo va aumentando la sismicidad a medida que aumenta la fuerza de marea... Pero de nuevo solo hasta el valor crítico de fuerza (mediana) porque una vez alcanzado éste comienzan a disminuir los terremotos, a pesar de que la fuerza de marea sigue aumentando. Y como recalqué anteriormente, vemos que una vez alcanzado el valor crítico (696699364607 N) la sismicidad no disminuye tan regularmente, ni tanto, como aumenta en la primera fase.


En esta falla (entre las placas nazca y suramericana) se registró el terremoto más potente de los últimos tiempos, el de Valdivia de 1960, cuando precisamente la fuerza del vector de marea era de 686689822497,205 N. (muy próximo al valor crítico de marea).


Pero decía que el patrón mareal dibuja un histograma no muy simétrico, tanto en estas áreas de Suramérica como en Europa, observándose en los histogramas de áreas volcánicas una disminución sísmica irregular en la fase de valores altos de la fuerza de marea, con un aumento sísmico sobre la distribución normal.
Esto se debe seguramente a que la sismicidad en los valores altos de marea interviene otro mecanismo mareal, consistente en intrusiones de agua marina en las cámaras magmáticas, o a presión oceánica sobre el "edificio volcánico", con efecto similar, indicando en esa fase un mayor componente volcánico de sismicidad que en los valores bajos de marea.

En el siguiente gráfico se representa el valor de la fuerza de marea en el momento de ocurrir cada uno de los terremotos en las Islas Canarias. Se puede apreciar el efecto mareal oceánico sobre los "edificios insulares", responsables de las "anomalías sísmicas" de indudable origen volcánico (sobre todo en valores altos de la fuerza de marea, 77 y 78) y que se ven alejadas del "valor de la marea crítica" (mediana) para esta zona del Atlántico.


En Italia aprecié algo similar. La sismicidad en el área de los Apeninos Centrales difiere mucho de la sismicidad en la zona de Nápoles y los Campos Flégreos, más influenciada por la actividad sísmica de origen volcánico, al contrario de los Montes Apeninos que es más de origen tectónico.
Como se puede apreciar en los dos siguientes gráficos. En que el histograma para los Campos Flégreos evidencia una sismicidad de origen claramente volcánica, con un elevado número de terremotos en fase de valores de marea altos, algo que hubiera sido muy inferior si la sismicidad en la zona próxima a Nápoles sería de origen tectónico.



En cuanto a la actividad sísmica de origen antropogénico, puede ser detectada también por este sistema algorítmico, siempre que se genere lejos de los valores críticos de marea, y que el área en cuestión no sea volcánica, como por ejemplo en los Pirineos.
Esta gran anomalía sísmica coincidió con el llenado del pantano construido en Itoitz, Navarra (Euskal Herria) y que pudiera haber sido su más que probable causa.

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